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El Capital de la Vida. Un valor por descubrir (página 2)




Enviado por Julia



Partes: 1, 2, 3, 4

Ante la imposibilidad de desmontar y
recomponer lo que se entiende como verdad histórica, para
que la sociedad avance siendo más humana, es de desear
incorporar nuevas ideas al sistema que sean sostenibles. No se
trata tan sólo de encontrar la verdad (proceso
extremadamente arduo y difícil), sino en ponernos de
acuerdo en el valor de la vida y quizás la encontremos. Si
vivimos en un mundo absurdo y contradictorio, si hacemos realidad
la metáfora, "la vida es oro", conseguiremos un mundo mas
humano.

LA
METÁFORA

"La metáfora (del griego metá
o metastas "más allá, después de"; y
phorein, "pasar, llevar") consiste en el uso de una
expresión con un significado distinto o en un contexto
diferente al habitual. (Por ejemplo: "La vida es oro" o "el oro
de la vida"). El término es importante tanto en
teoría literaria (donde se usa como recurso literario)
como en lingüística (donde es una de las principales
causas de cambio semántico). Se utiliza también en
psicología para referirse al poder profundo de "las
historias-metafóricas" y su acción en el cambio
interno, la visión o el paso a un nivel de conciencia
más profundo".

La metáfora la podemos definir como
una comparación incompleta: "La vida es (tanto o
más valiosa que el) oro". En la metáfora hay dos
planos o términos: el real (La vida) y el evocado o
imaginario (oro). Se crea una relación de similitud entre
los dos términos. Se establece entre las palabras o frases
un símil no expresado. (valor de la vida= valor vida+
patrón oro= patrón vida). Una metáfora pura
se usa cuando no existe término propio para la
situación, o se desea hacer palpable lo que se designa, o
dirigir la atención hacia el significante; en suma, cuando
se busca novedad o se pretende conceder a lo cotidiano la
dignidad de lo desconocido.

La metáfora es una especie de tropo;
la palabra de la que nos servimos en la metáfora
está tomada en otro sentido propio: está, por
así decirlo, en una morada prestada, (patrón vida
en lugar de patrón oro). "Cada vez que se define una
metáfora, se crea una retórica que implica no solo
una filosofía sino una red conceptual en la que se ha
constituido la historia. Cada hilo, en esta red, configura, por
añadidura, un giro, un mutar, que genera un cambio y
provoca el nacimiento de algo nuevo".  El Patrón de
Vida. 

Esta metáfora, contiene la
mística del valor universal de la vida. La unidad nos hace
iguales. Un valor ecuánime que vale porque la vida es una
forma de ser, y todo lo que es, en tanto que es, vale. Es el
valor máximo y primero del "ser". Condición
necesaria de cualquier otro valor o crecimiento en valores. Por
eso mismo, la vida vale, es valiosa, es preciada y es preciosa. Y
ese necesario valer de la persona es independiente de los bienes
o valores que puedan alcanzarse a su través. Con la
metáfora, "la vida es oro", podemos incorporar un
patrón en todos los países como fuente de
riqueza.

  Con la adopción de la
metáfora no estamos cambiando los principios
básicos del sistema, es decir los muebles de la
habitación, sino que estamos incorporando un nuevo mueble.
Este nuevo mueble se integra a la perfección y aporta la
coherencia necesaria a la estancia, es decir al
sistema.

LO FIDUCIARIO
(fiat)

Históricamente el dinero era una
mercancía con valor intrínseco y las monedas
valían su peso en el metal fundido. Las monedas
contenían un metal noble y su valor era proporcional a la
cantidad de metal. Con el tiempo, las monedas se hicieron con
otros metales (no nobles) pero que representaban cierta cantidad
de oro o plata depositada en los bancos.

Con la invención del papel,
aparecieron las primeras formas de billetes que eran certificados
por cierta cantidad de oro, "Patrón Oro". Durante la
primera mitad del siglo XX, el dinero fue perdiendo este
carácter y el respaldo que tenía en oro (1971),
para convertirse en un elemento fiduciario, sin valor
intrínseco pero con un valor legal propio, que es tal como
lo conocemos, también entendido como dinero
"fiat".

El dinero electrónico, el billete,
la moneda, son números contables, trozos de papel y
aleaciones de metal que por si mismos, poco valen. Su valor
está respaldado por el Banco Emisor. La cantidad de moneda
en circulación tiene que ser equivalente al valor del
P.I.B. (Producto Interior Bruto): es la suma de bienes y
servicios, de cada país, que el sistema utiliza para tasar
el valor monetario y su capacidad de emitir moneda. Excederse en
la desigualdad del equilibrio paritario provoca inflación
o deflación.

En este largo camino el dinero ha ido
perdiendo su valor real, conservando; su valor de uso, como
herramienta para el intercambio de productos y servicios; y su
referente imaginario, el oro, como una potente metáfora
incrustada en el inconsciente colectivo.

El oro de la vida, el valor de la vida, el
patrón-vida, podrían formar parte del orden del
discurso bancario. Podría ser considerado como un valor
fiduciario (o fiat) y prestar su justo valor al dinero
electrónico en su uso de compra de bienes y servicios
básicos.

El
VALOR

Se puede pensar que la vida humana tiene
valor. La vida vale tanto como larga puede ser la vida. Es
valiosa. Es condición necesaria de cualquier otro
valor o crecimiento en valores. Por eso vale. Y ese necesario
valer de la persona es independiente de los bienes o valores que
uno posea. Todos tenemos vida y derecho a vivir. Si equiparamos
la vida al oro tiene tanto o más valor. Es un valor
dorado, efímero, lleno de humanidad. La vida es un valor
sobre el que descansan y se vertebran los restantes valores a los
que hace posible.

La vida vale porque la vida es una forma de
ser, y todo lo que es, en tanto que es, vale. Porque lo contrario
de "ser" es el "no ser" y el "no ser" no vale. Porque la nada no
vale nada. La vida vale porque el valor superior del
"ser".

Nos hemos de considerar iguales en este
concepto. La vida de todos los seres humanos tiene el mismo
valor. Cada uno de nosotros tiene el mismo valor de vida. Todos
somos iguales en este sentido. Estamos vivos. Todos tenemos
derecho a este valor.

  Dando valor a la vida podemos
conceder al capitalismo la posibilidad de
mostrarse mas humano. Estando todos de acuerdo en considerar
que la "vida tiene valor", podemos pensar un patrón de
referencia económica, equivalente al coste de la
supervivencia. Un capital metafórico, electrónico,
que circule por las redes bancarias, como moneda de uso
respaldada por el valor real, tangible, material, de la vida
humana, un aval indiscutible de riqueza, que ayudará al
sistema a cubrir sus deficiencias.

EL
SISTEMA

Para pasar de la teoría a la
práctica, la ONU, en estrecha relación con la
Alianza de Civilizaciones, creará, el Fondo de
Certificados de Capital Vida del Banco Vital, división del
Banco Mundial, quienes respaldarán y gestionarán el
valor de estos Certificados, poseedores de valor fiduciario.
Documentos compulsados, fehacientes, que prueban y demuestran de
forma clara e indudable que el titular vive, Todos, tendremos una
cuenta electrónica para la supervivencia, de uso limitado,
por persona y día, equivalente al coste de subsistencia en
cada país, (Coste Vida=Patrón Vida), con un saldo
mínimo que permita adquirir electrónicamente,
bienes y servicios de primera necesidad (alimentación,
vivienda, salud, educación, justicia… "Servicios
sociales públicos". Todos los ciudadanos vivos de la
tierra tendremos derecho a este certificado de valor. De este
modo, la metáfora "La vida es oro" se integra en el
sistema como un valor real, material, facultativo de
riqueza.

El capital será emitido por el Banco
Vital, en el instante del pago de la compra, mediante
transferencia. La función mercantil de los
Certificados de Capital Vida, como avales de valor, reside en su
uso de compra y es con su uso como se transfiere el
valor.

Todos estamos vivos y podemos disfrutar de
la compra electrónica de productos de primera
necesidad. El pago electrónico, es el mecanismos
imprescindible para controlar y distribuir la riqueza que se
inyecta en el mercado.

El sistema capitalista no se verá
afectado en sus principios básicos de la ley de la oferta
y la demanda, al contrario será reforzado. El empleo
seguirá siendo necesario para poder disfrutar de los
beneficios del trabajo en la sociedad del bienestar. El hecho de
no haber trabajo para todos no será un problema de
supervivencia, ni un problema de consumo, continuará
siendo necesario trabajar para poder comprar bienes que no sean
de primera necesidad, un vehículo, un
electrodoméstico, una vivienda en propiedad, ir a una
escuela privada o a un hospital privado… y el resto de
infinitas posibilidades que nos brinda la sociedad global. se
continuará pagando con el beneficio del trabajo o con el
capital propio. Continuará existiendo la necesidad de
trabajar para llegar a final de mes. Pues la vida cuesta mucho
más dinero que el de simplemente alimentarse.
Seguirá siendo necesario contar con estos recursos para
poder disfrutar de la vida. Veremos que con este mueble la vida
se hace mas agradable.

Con el sistema que propongo se
generaría una riqueza duradera para todos.
Podríamos imaginar que se ha encontrado un filón de
oro inagotable para la supervivencia, pero limitado en su
extracción diaria. Hemos encontrado el filón de la
vida. Es una nueva riqueza que se suma a la ya existente. Un
capital para cubrir los bienes y servicios básicos, que no
saldrá de los impuestos, sino de este filón de vida
metafórico. 

Para entender esto, se hace necesaria una
integradora mirada dualista que culmina en el sentimiento
contenido en la metáfora de la vida, dando sentido a la
vida. Existe la vida y también el dinero, ambos son parte
de una misma realidad. El dinero es vida y no hay vida sin
dinero. Son dos extremos de una misma cuerda. Dos conceptos que
han ido paralelos en el transcurso de los siglos y que
aquí se entrecruzan como unidades de equivalencia de
valor, posible en su uso, para crear un nuevo concepto de valor.
El valor de subsistencia de la vida.

La riqueza que se generaría
revertiría en beneficio de toda la humanidad. Hemos
acabado con el hambre y el enorme esfuerzo fiscal que representa
la cobertura universal de los derechos humanos.

De esta modo iniciamos una
transición pacífica hacia un sistema humanitario
necesario para el buen funcionamiento del capitalismo. El sistema
obtiene así una nueva dimensión. Podríamos
decir que pasamos del "Sistema Capitalista Salvaje" al "Sistema
Capitalista Racional y humano". Tanto el capitalismo de
intercambio (clásico y moderno), como el nuevo capitalismo
metafórico (trascendental y humanitario) van de la
mano. 

El capitalismo metafórico nace para
suplir las deficiencias del capitalismo de intercambio. Pretende
acabar con las miserias del hombre en estado de pobreza.
Dignificar la vida de aquellos que no llegan a tener un sitio en
el sistema, o se ven desempleados o incapacitados. Dar respuesta
a los retos del siglo XXI: Hambre, Contaminación, Cambio
Climático y Catástrofes.

Significa poco para el rico y mucho para el
pobre, y sin embargo a los dos les cuesta lo mismo, es decir,
nada.  El benéfico desahogo que esto representa para
la economía mundial, y para la persona, es
histórico y trascendental.

   Se entiende que el capital
necesario para mantener este sistema no saldrá de las
aportaciones económicas de los Estados, a través de
los impuestos, ni de donaciones, sino del valor de la vida que
todos tenemos y que los Estados avalan.

EL
PATRÓN-VIDA. (Standard-Life)

Alguien tenía que imaginarlo, sino,
cómo será posible. Llevo esta carga, creo en lo que
imagino. Un mundo mas humano. Un sistema económico hecho
por  humanos para los humanos. Me imagino la vida como
primer valor de los demás valores, como un valor,
necesario e imprescindible para el desarrollo de la actividad
económica. Me imagino un valor económico basado en
el valor de la vida, un documento fehaciente, acreditativo, que
certifique el valor de la vida como primer valor de cualquier
actividad económica. Un valor preciado, fiduciario,
transferible a todo ser humano. Un filón económico
de uso limitado para la supervivencia.

Me imagino la aplicación del sistema
en todos los países, y veo como la vida adquiere su
verdadero valor; el valor del pensamiento, de la
imaginación y de la razón como resultado evolutivo
de la naturaleza humana, instintiva, física, reproductiva.
Me imagino a las Naciones Unidas llegando a un acuerdo, ajustado
a ley, en la aplicación de medidas de desarrollo
sostenible. Me imagino un mundo en paz, con trabajo y
posibilidades para todos. Tendremos poder adquisitivo para
comprar alimentos de primera necesidad. Aumentará la
producción de  alimentos por la solvencia de la
demanda. El mercado se ajustará a la capacidad adquisitiva
del nuevo consumidor.

Los servicios del Estado podrán ser
universales. Habrá trabajo para todo el mundo y
más. Me imagino esa firme voluntad de acabar con la
miseria del hambre. Me imagino el sistema más humano. El
valor de la vida, como primer valor de los demás valores.
Sin vida no hay valor, es la vida que crea la condición de
posibilidad para que se cree el valor. Es el primer valor y por
eso vale.

Me imagino que se entiende el valor de la
vida. Pienso que la gente da valor a la vida, que cree firmemente
en que la vida tiene valor. Que su vida tiene valor. Que tiene
derecho a vivir, a sobrevivir, a alimentarse. Creo en el valor
económico de la vida.

Estamos en una sociedad de la propiedad y
del mercado. Todo tipo de productos y servicios se compra y se
vende por dinero. Nada está libre de ser comercializado.
Los alimentos, que representan el sector mas vital del mercado,
son la energía necesaria del ser humano. Como todos los
productos, están sometidos a las leyes del mercado y su
precio está determinado por el equilibrio entre la
disponibilidad de la oferta y el poder adquisitivo de la demanda,
allí donde no hay poder adquisitivo, no hay posibilidad de
compra. Si no hay dinero, no hay sistema capitalista, o lo que es
lo mismo, o consigues trabajo, o no comes, y no hay, ni ha
habido, trabajo para todos. 

Gracias a la ayuda humanitaria,
espontánea y organizada, se intenta paliar el hambre en el
mundo. No tener dinero para poder comprar el alimento es un
problema endémico de la historia humana. La especie humana
ha evolucionado desarrollando su intelecto desde el ser
más primitivo, sometido a las reglas de la naturaleza,
hasta el ser que hoy en día somos, individuos
inteligentes, tecnológicos, con una capacidad de voluntad
y conocimiento suficiente como para plantear una solución
humana a lo inhumano del sistema económico.

En este sistema nacer pobre es empezar a
morir de hambre. La propiedad en la tierra está repartida
y solo el beneficio del trabajo permite acceder a la comida. La
supervivencia esta sujeta al poder de compra. Depende de si hay o
no hay trabajo. Y donde no hay trabajo, hay hambre. El dinero es
necesario para sobrevivir.

Si no hay trabajo para todos, y menos en
tiempos de crisis, se hace necesario pensar un sistema más
humano, diseñado para dignificar la miseria que provoca el
hambre. Se puede pensar, un sistema que considere la vida como el
primer valor económico generador de valores. Sin el ser
humano, el oro estaría enterrado en las montañas y
carecería de valor. Si hemos sido capaces de conceder al
oro valor de cambio, aceptando su equivalente imaginario, en el
billete de papel, (dinero fiduciario: que tiene su valor
prestado), también, estando todos de acuerdo en que la
vida tiene valor, podemos conceder a la vida, valor de uso,
aceptando el dinero electrónico como equivalente
imaginario.

Un capital destinado a cubrir las
necesidades básicas de supervivencia. Un dinero
fiduciario, que se transfiere electrónicamente en su uso.
Un filón de vida, fuente de riqueza, para pagar los bienes
y servicios de primera necesidad. Un recurso económico de
por vida para la supervivencia. Sin la vida y sin dinero no es
posible la actividad económica. 

Si todo ser humano tiene capacidad
adquisitiva, para comprar bienes y servicios de primera
necesidad, se ha acabado con el hambre en el mundo. Hemos
ampliado el mercado mundial a todos sus habitantes. Todo el mundo
por derecho es beneficiario de este recurso de riqueza. Nuestra
vida tiene valor y poder adquisitivo. El mercado está
abierto a aprovechar este recurso económico, que
representa una inyección continua de dinero, claramente
superior al que pueda inyectar el Banco Mundial, y todos los
gobiernos, para reactivar la economía.

Es en el foro de las Naciones Unidas donde
los países pueden reinventar el sistema y acordar
incorporar el valor de la vida al Sistema Monetario
Internacional. Una fuente saludable de riqueza para el buen
funcionamiento del mercado de todos los países y de la
actividad financiera. Si quisiera, podría establecer que
el Banco Mundial engendrara el Banco Vital (Banco que administra
el capital representado en los certificados de vida) pieza clave
para la distribución de este nuevo capital de
vida.

LO
SERIO

Se lo que estás pensando. Crees que
para lanzarse a una idea como ésta, hay que estar, en el
buen sentido de la palabra, un poco "ido". Hay que ser sensatos.
Es una idea fácil de soñar, pero poco
creíble, improbable, así como difícil de
aceptar y de admitir.

Seguro que se le debe haber ocurrido a
más de uno. Un sueño, una idea, por mucho que
quiera sostenerse en argumentos reales, si tiene que poner de
acuerdo a todo el mundo, lo tiene muy difícil.

Dedicar esfuerzos para comunicar a los
cuatro vientos, que si queremos podemos dar valor
económico a la vida, un capital equivalente al coste de la
supervivencia y la sostenibilidad, tiene su guasa, es un vacile,
y seguramente debe de estar de "coña".

No estamos para bromas, y menos para
burlas. El tema es muy serio, importante, grave. No puede ser
tratado de forma lúdica. Pensar que un sueño como
este puede ser realidad, requiere formalidad,
preocupación. Ante un drama tan severo, como es el hambre,
no se debe ser imprudente e irreflexivo. Se ha de tomar en serio.
Esto es así, y debe ser así.

No se puede hacer mofa o escarmiento de
algo tan triste. Podría ser entendido como un un insulto.
Nada más lejos de mi intención. Mi chiste no
lastima, ni pretende ofender los convencionalismos sociales y
culturales de nadie. Ni desaprueba ni rechaza. Ni hiere ni
humilla. Ni injuria ni denigra. Sólo es humor. Un
ironía ante lo paradógico.

La idea de que la vida puede tener valor
económico por si misma, si nosotros así lo
queremos, también está pensada con humor, pues
forma parte de ella misma, y más si representa el fin de
la miseria y el principio de la felicidad en la
tierra.

Saber que por sólo el hecho de
nacer, tu vida tiene el valor de cubrir el coste económico
de tu manutención, y sirve para capitalizar los servicios
sociales públicos, no puede ser más que una gran
alegría, un gran júbilo, una satisfacción
inmensa, un regocijo y entusiasmo por la vida. Una algazara de
gran alborozo, diversión y esparcimiento. Un gozo sublime
por estar vivo.

Adiós a las desdichas, desgracias e
infortunios humanos. Seamos afortunados, solidarios,
espléndidos con la pobreza y la indigencia, desprendidos
de nuestro egocentrismo intelectual, abnegación ante la
voracidad de la codicia y el olvido de la avaricia,
-individualismo ingrato-. Renovemos la ambición altruista
del ser civilizado, filantrópico, fraternal, amistoso,
unánime, armónico y dichoso del placer de vivir en
la metamorfosis de la primavera del siglo XXI.

EL
ESFUERZO

Todos valemos para nosotros mismos, pero
necesitamos a los demás para valer. Valoramos
nuestras vidas y aún no nos hemos puesto de acuerdo en
valorar la de los demás. Parece como si hubieran vidas que
no valen nada y aceptar esto es negar el valor de la unicidad de
la propia vida, negar el valor propio, devaluar la propia
existencia. Afirmar que el valor de la vida es sólo el que
se gana con el trabajo y esfuerzo, es dejar morir de hambre a
millones de personas de este mundo que por mucho que se esfuercen
no tendrán acceso a un trabajo inexistente. Dando valor
económico a la vida podrán sobrevivir comprando
alimento, productos y servicios de primera necesidad.

Las cosas se consiguen con esfuerzo, con
voluntad  y tesón, con trabajo remunerado, bien
hecho. Los mejores de cada generación, los que más
luchan y se esfuerzan, los que sobreviven aún a la crisis,
son los que capean el temporal y se adaptan a los nuevos tiempos,
aún y así, a riesgo de no llegar a coger el tren de
la salida de la crisis. Muchos caen y se levantaran, otros no
tendrán tanta suerte y se verán abocados a la
miseria, al lodo del mundo, donde es imposible sobrevivir sin
ayuda. 

El esfuerzo y las buenas intenciones es la
solución que se da a la falta de trabajo. Es real que es
así, pero también es real que no hay trabajo para
todos y menos en tiempos de crisis.

Si tenemos trabajo podemos sentirnos
premiados doblemente, por el rédito que nos produce y la
felicidad que ello comporta. Tenemos nuestra
situación conformada y en competencia profesional con la
sociedad. Aunque no se esté del todo satisfecho, peor
es estar sin trabajo. Existen vínculos, formas,
estrategias, compromisos… que configuran nuestra
posición en el sistema. Si a uno le va bien tal y como
están las cosas, ¿porque tiene que dudar de lo que
ya está establecido?.

El que ha nacido en este mundo y no tiene
trabajo, ni subsidio, ni dinero, se ve abocado a la pobreza,
a la caridad, a la esclavitud del dinero para poder sobrevivir, o
lo que es peor, ni siquiera a eso. Es necesario dar un paso
más y liberar al ser humano de la miseria con la
palabra. En sueños el hambre dejó de existir
desde que se aceptó la esencia del ser como Valor
Capital.

Yo sé que la vida tiene valor y
todos lo sabemos, sólo que no se ha considerado que tenga
valor económico por si misma. No existía esa
posibilidad y por tanto era impensable. Hoy, en la cuna del siglo
XXI, se puede pensar, ya que existe la posibilidad de hacer una
transferencia desde cualquier punto del planeta, ello permite
comprar y vender con dinero electrónico. Concediendo a la
vida el valor económico que concedemos al oro, tenemos un
fondo de subsistencia a cargo de nuestra vida con el que pagar
los bienes y servicios de primera necesidad.

En ciertas capas sociales, zonas
geográficas, estado en guerra, catástrofes… sin
la ayuda internacional la tragedia sería Bíblica,
aún y así el drama es enorme. No se puede
continuar con los mismos criterios que han llevado a esta
avanzada y penosa situación.

LO
TRÁGICO

Para quien le guste lo trágico esta
idea no le interesa, pues haría menos trágica su
vida. Le quitaría aliciente, no tendría tantos
motivos para llorar, la gente ya no se morirá de hambre,
pues tendrá un capital para pagar el alimento
básico. Un dinero fiduciario, prestado del valor de la
vida como primer valor de riqueza. La vida certificada como
filón económico para la subsistencia y la
sostenibilidad. Una nueva fuente de riqueza que salvará al
mundo de su vaticinada autodestrucción. Un capital
potencial que todos tenemos al estar vivos, es el valor
máximo de todos los demás valores.

Necesitamos a todo el mundo para poder
vivir en paz, no creo que la fuerza bruta tenga la razón.
Las ideas pueden cambiar el mundo, de hecho no ha parado de
cambiar desde los inicios de los tiempos, nosotros sólo
somos un escalón más de la evolución de la
vida. Un ejemplo viviente de lo que la vida en la tierra, venga
de donde venga, ha sido capaz de desarrollar con el paso del
tiempo, generación tras generación.

Actualmente ha sabido entenderse, dentro de
lo bueno y lo malo, para dar estabilidad a los mercados
internacionales con números macroeconómicos.
Reuniones de la ONU, del G-8, G-20. Organizaciones
internacionales de todo tipo, atendiendo a razón para no
caer en el descalabro. 

El sistema se sustenta en los finos hilos
de la credibilidad política y económica, y rotos
unos cuantos por el virus del poder, la codicia, la avaricia y la
usura, recomponer los que quedan sin considerar la posibilidad de
dar valor económico a la vida, sería como
seguir toda la vida con el mismo vehículo, atendiendo
todas sus reparaciones, a pesar de que el paso de los años
lo haya convertido, pese a su funcionamiento práctico, en
un elemento obsoleto, ya que los nuevos vehículos,
estarían diseñados con avances tecnológicos
impensables en otra época. 

El sistema capitalista, tal y como lo
conocemos hoy, pasaría a formar parte del museo de la
historia, dejando paso a los nuevos brotes del nuevo sistema
capitalista, reformado, refundado, humano para los humanos. Sin
necesidad de resurgir de las cenizas podemos crear un nuevo mundo
donde nacer no signifique morir día a
día.

LO
UTÓPICO

Necesitamos un referente real para poder
establecer nuestra escala de valores. Por esto, lo nuevo,
aún imaginado, ficticio, irreal, en tanto que no es, no
existe. Se muestra trasparente ante nuestros ojos. Dar valor
fiduciario a la vida llega a nuestro conocimiento como una
ilusión improbable. No sabemos ver la mejora que
representa para el sistema, en el que estamos todos. Nos
limitamos a rebatir la idea con argumentos de nuestro referente
actual, pensando que en el nuevo sistemas, lo malo del actual,
seguirá existiendo, y nos olvidamos de la parte positiva
del proyecto, que plantea, aunque parezca increíble, la
solución global a las deficiencias del
sistema. 

El ser humano, es naturaleza, es animal, es
sentimental, es social, es persona, es civilizado, es complejo…
Está regido por los instintos más bajos y los
sentimientos más puros. Su forma de pensar, de sentir y de
obrar corresponde a los valores de la cultura a la que pertenece.
La realidad es percibida de acuerdo a una razón cultural.
La expansión de la cultura en la era del conocimiento, ha
creado un referente global, en el que nos podemos sentir
identificados. Con él, podemos construir nuestra escala de
valores. La vida del ser humano es un valor universal
indiscutible y puede ser un valor económico real cuando
las Naciones Unidas, en consonancia con la Alianza de
Civilizaciones, decidan crear el Banco Vital.

Pienso que sólo la necesidad
llevará a que la idea Patrón-Vida, se tome en
serio. La gente, por la vía pacífica, tiene que
aclamar esta idea y hacer que los políticos se pongan
manos a la obra. Por esto pido tu colaboración,
coméntalo con tu familia, tus amigos, tus
compañeros de trabajo, y que al mismo tiempo ellos hagan
lo mismo. Con el conocimiento de esta idea podemos cambiar el
curso de la historia. El valor de la vida está aún
por conocer.

LO DIVINO Y LA
CELULA

No hace falta que nos lo conceda Dios, ni
Ala, ni Buda… podemos considerar que la vida tiene valor. No
hace falta la inspiración divina para pensarlo. No es algo
que lo conceda ninguna divinidad, es algo que nos lo concedemos
nosotros viviendo. Nuestras vidas tienen valor. Somos la parte
crucial, decisiva, inteligente de la naturaleza. Quizás yo
no tanto, pero puedo pensar en mi pequeña parcela de
conocimiento e imaginar que mi vida tiene valor y que este valor
que todos defendemos de uno mismo, es considerado como
patrón económico del sistema capitalista. Como un
derecho propio de la vida. Desde que empezamos a respirar, hasta
que dejamos de hacerlo, tenemos derecho a considerar nuestra vida
como un valor. 

Nuestras vidas son el resultado de
infinitas posibilidades en la evolución de la
célula. Parece mentira como un organismo tan diminuto,
primigenio, ha podido evolucionar en el tiempo creando infinidad
de asociaciones complejas de ADN, diseñando organismos
vivos pluricelulares, adaptados a las fuentes de energía
necesarias para alimentar a las células que contiene el
ser.

La mujer y el hombre, se mire como se mire,
son el máximo exponente de la naturaleza. La célula
nos ha hecho inteligentes dotándonos de un cerebro
suficientemente grande como para llegar a descubrir que la
célula es el potencial de la vida. Sorprendente! somos
células pensantes, inteligentes, autónomas, que
vivimos en sociedad, formamos parte de un sistema
socio-económico basado en el intercambio de bienes y
servicios, que nos facilitan la vida.

Gracias a que pensamos y damos valor a las
cosas podemos intercambiar y obtener de esta forma un beneficio
en el cambio. Trabajo por dinero, por un techo, por comida.
Dinero por comida, por un techo, por trabajo. La moneda del
intercambio tiene estas dos caras, comprar y vender. Su valor
está sometido a las fluctuaciones de la oferta y la
demanda, y es un acuerdo entre dos partes. Este sería un
acuerdo entre todos, pues todos estamos de acuerdo en que nuestra
vida tiene valor.

Cada cultura tiene su escala de valores
sometida a los azotes de la ciencia y la tecnología. La
sociedad del conocimiento, política, democrática,
versa su sabiduría en la mejora del nivel de vida. Sea por
lo que fuere, la célula nos deja como estrategia de
supervivencia considerar que la vida tiene valor. Puedo pensar
que la vida tiene valor, mis células me permiten pensar en
el valor de la vida como una fuente de riqueza, un filón
de vida, de humanidad,

Es fácil imaginarlo. Un capital
metafórico administrado por las Naciones Unidas como un
derecho humano universal de supervivencia: Un capital de
transferencia electrónica para comprar bienes y servicios
de primera necesidad, (limitado en su uso), a cargo del lingote
metafórico de vida, fiduciario de riqueza, 
representado en el certificado de patrón-vida de cada
habitante, que constará en el Banco Vital-Banco de
Certificados de Vida, creado por la ONU, para cubrir las
necesidades de alimentación, salud, educación,
vivienda, justicia… (servicios sociales) de toda la
población mundial.

¿Quién no se apunta a esta
idea?. Es la idea definitiva. Piénsalo bien, está
decidido en nuestros corazones, en el interior de nuestras
células, en el fondo de nuestros pensamientos. Somos
partes indivisibles de la misma naturaleza que nos hace
únicos, y es esta unicidad la que da valor equitativo a la
vida, todos necesitamos la misma energía para sobrevivir,
las mismas necesidades básicas para vivir.

La célula, con instinto de
supervivencia, nos deja pensar en el valor de la vida como un
ajuste en el sistema de economía salvaje, capitalismo,
basado en la ley de la naturaleza, donde el fuerte es el que
sobrevive. Es posible pensar actualizar el sistema inscribiendo
el valor de la vida en la carta de derechos humanos, más
racional, donde no hace falta que muera el más
débil.

EL PUNTO DE LA "
i "

Si queréis podemos hablar sobre el
punto de la "i", que contiene la curvatura del universo, pero no
creo que esto resuelva nada en concreto. Sería una excusa
para filosofar. Podríamos decir mucho sobre el punto de la
"i" , decirlo todo, pero no es el caso.

Decir cosas concretas para que se entiendan
por todos solo se consigue hablando claro, y sencillo, pero para
filosofar, economizar, politizar… se hace necesario utilizar el
lenguaje de forma precisa para expresarse sin dar lugar a
equivoco, o hacer todo lo contrario.

El discurso es tan flexible que se puedes
estirar como se quiera, hasta hacerlo muy complejo, tanto que
pocos lo entiendan. Se puede decir algo, y luego afirmar lo
contrario. Si lo que dices es complicado, si es difícil de
entender, pocos lo entenderán, el resto no te
discutirá, se entenderá otra cosa o algo parecido,
y no existirá.

¿Que quiero decir con esto? Pues que
si lo ves claro, no hace falta que te lo explique, tu
entenderás lo que quieras entender, lo que yo te diga no
importa, quedará en tu inconsciente, sin ninguna utilidad
práctica. Solo será consciente si llegas a entender
lo que te pueda decir y estés de acuerdo. Nos podemos
remitir a aquel autor, que no llegamos a entender, pero que
está reconocido y considerado por su capacidad de
razonamiento. No vamos a discutir lo que no entendemos,
así que para no ponernos en evidencia lo aceptamos o lo
rechazamos, sin dar pie a ninguna duda sobre nuestra
decisión. Es, o no es, no hay más que
hablar.

Y yo pregunto: ¿ Tiene valor la
vida? ¿Hace falta que un erudito lo diga para que la vida
tenga valor? ¿Es que acaso la vida no tiene valor?
¿Porqué se le niega el valor a la vida?
¿Porque la vida no está considerada como valor?
¿Quien a de ser que lo diga y nos demos cuenta de que la
vida tiene valor?.

No podemos negar el valor a la vida. Sin
vida no hay valor posible. Es absurdo mantener que la vida no
tiene valor. Para mi es absurdo. ¿Que egoísmo es
este, que niega el valor de la vida a los demás, y
considera que solo su vida tiene valor?. Si no se da valor a la
vida de los demás, la propia vida no tiene valor. Esto lo
entiende todo el mundo, y el que no, es porque es egoísta,
y se quiere quedar este valor.

EL PUNTO
EGOISTA

Hubo y hay, filósofos, economistas y
políticos, que sostienen que el egoísmo es el motor
de la riqueza, pero pregunto, ¿Que riqueza es
ésta?. Para poner un ejemplo; el niño
egoísta cuando ve jugar a los demás niños a
la pelota, la coge y no la suelta, se acabó el juego. De
mayor se supone que aprende, o por lo menos lo parece, pero no,
hay quién no aprende nunca, se quieren quedar con todas
las pelotas, y cuando lo consiguen, se acabó el juego,
empieza el drama.

Del egoísmo dicen que es un instinto
natural que lleva a algunos a acumular tal cantidad de riqueza
que no dejan para los demás, no se dan cuenta del
daño que causan. Ellos no lo entienden, piensan que lo que
hacen es crear riqueza, dar trabajo, créditos,
subvenciones y ayudas, pero no se dan cuenta, que lo que hacen,
es acumular riqueza, hasta acabar con el juego.

Los que estamos de acuerdo, en dar valor a
la vida, sabemos valorar la de los demás, lo que implica
que también valoremos la vida del egoísta, como una
vida más, pues nosotros también podemos ser
egoístas y de hecho lo somos -como instinto de
supervivencia- cada uno a su manera, más o menos educada.
Es un instinto que no se puede eliminar de nuestra
condición humana. Se puede educar, pero no eliminar.
Existe y existirá como también existe y
existirá el amor mientras exista el ser humano. Esto no
quiere decir que no podemos seguir jugando.

Nos podemos poner de acuerdo en empezar un
nuevo juego, basado en el valor de los jugadores para generar
riqueza, jueguen o no jueguen, sean jugadores titulares o
reservas. La gracia del juego está en conseguir el
máximo numero de jugadores titulares. Cuantos más
titulares más riqueza se puede generar.

Sabiendo esto, el egoísta entiende
que para seguir acumulando riqueza, necesita que haya el
máximo número de jugadores titulares en el espacio
de juego, así que también considera a los jugadores
reserva parte de su botín.

El egoista, por el beneficio que aporta el
juego, cede parte de su soberanía, sin esfuerzo, al
reconocer la necesidad de de la vida, de todos los jugadores,
para poder acumular riqueza. La vida de los jugador reserva, es
condición necesaria, para que el juego pueda crecer, en
riqueza de titulares. Estar vivo es el máximo generador de
riqueza, e implica estar alimentado para el juego.

En el juego actual, el jugador que no es
titular, no tienes garantizado el capital suficiente para pagar
el alimento y el resto de necesidades vitales para vivir.
Así que el juego se vuelve trágico y los titulares
y reservas viven con ésta cruz. Cuando aumenta
progresivamente el número de reservas, la riqueza decrece
y el juego se ensucia. Aparece la violencia.

En el nuevo juego se hace necesario un
nuevo parámetro, que evite este punto trágico. Una
nueva regla, en la que titular y reserva, tengan el mismo valor
de salida, equivalente al valor económico de cubrir los
costes de los productos y servicios necesario para subsistir. Es
decir, en el juego, el valor de la vida, se considera capital con
valor añadido, y es usado, para garantizar la
supervivencia de todos los jugadores. Así Incorporamos el
valor de la vida al juego, en beneficio del
espectáculo.

LA JUSTA
MEDIDA

Si preguntamos a cada habitante de la
tierra si su vida tiene valor, dirá que si. El valor de la
vida es universal. Es indiferente que valoremos más a
nuestros familiares y amigos en el valor igualitario de la vida.
Estar vivo es nuestro valer. Sin vida no valemos nada en lo
material, en el mundo real. La vida es la primera
condición de la existencia, y por eso tiene valor. Hay que
estar vivo para poder generar riqueza.

La vida es parte de nuestra materialidad,
es  tangible, real, palpable, es materia mineral, como el
oro. Nuestro cuerpo es materia, sin lugar a duda. Como minerales
dotados de vida, también podemos ser valiosos. Podemos
ser, materia preciada, mas valiosa que el oro, ya que somos
nosotros quienes concedemos el valor.

Estar vivos nos hace iguales. Es nuestra
privada forma de ser, de existir, de valer para nosotros mismos y
para los demás. Cada uno de nosotros tenemos valor, somos
materia preciosa y también valemos.

La justa medida del valor de la vida es la
media del coste diario de los alimentos necesario para sobrevivir
en cada país (Patrón-vida). Sin alimento no hay
vida.

Es un valor que está por descubrir,
por desenterrar, por entender, por alumbrar, pero está
allí. Cuando se considere, porque se entiende y así
se siente, empezaremos a estar de acuerdo. Será un valor
capital, sumado al existente. Un valor de la humanidad, para la
humanidad, la supervivencia y la sostenibilidad.

LA
CONVERSIÓN

Teniendo valor la vida, como todos lo
entendemos, podemos prestar su valor al dinero. Es decir, prestar
el valor de la vida a la moneda electrónica que a su vez
presta su valor al billete material. Es lo que se entiende como
dinero fiduciario (fiat). La vida tiene el potencial de lo
sublime, prestar su valor al dinero, como en su momento lo
prestó el oro.

Actualmente, el papel moneda tiene prestado
su valor del P.I.B.; si además prestamos el valor de la
vida a la moneda electrónica para la supervivencia y la
sostenibilidad, convertimos el valor de la vida en dinero
válido para su fin, permitir sobrevivir, condición
primera para generar riqueza.

Este valor prestado al dinero
electrónico, se transfiere, en el momento del pago, al
vendedor del bien o prestador del servicio
automáticamente, por el banco de régimen especial
(Banco Vital -división del Banco Mundial-), creado a tal
efecto, por la Organización de la Naciones Unidad y la
Alianza de Civilizaciones, que atesorará los "Certificados
de Vidas" de todos los habitantes de la tierra, como
valor-capital transferible, limitado en su uso de compra de
productos y servicios básicos.

El dinero electrónico de
supervivencia, se considera de valor humanitario, en su uso.
Mitigar el hambre es su principal destino. Cada persona
tendrá un saldo electrónico para la supervivencia.
La salud, la educación, la vivienda, la justicia
básica… podrían cubrir las necesidades
presupuestarias con este valor. y así poder extender los
servicios públicos a todos los paises. Es una riqueza
propia de cada país, que puede utilizar para modernizar y
desarrollar los servicio públicos del Estado.

Este dinero electrónico
también estaría destinado a luchar contra el cambio
climático y paliar las catástrofes con ayuda
humanitaria. Sirve para cubrir las prioridades del Sistema
Capitalista Global: la Supervivencia y la
Sostenibilidad.

EL
MECANISMO

A través de las oficinas bancarias,
repartidas por todo el mundo, el ciudadano podrá acceder
al dinero de subsistencia. Podrá disponer, con cualquier
sistema electrónico de pago (tarjetas, movil…), de su o
sus bancos, del derecho al tributo del valor de su certificado de
vida avalado por el Banco Vital.

Este documento habilita una linea de
transferencia desde la cuenta personal del titular del Banco
Vital al banco del comercio en el que se produce el gasto de
compra de alimentos básicos.

Los ciudadanos que no dispongan de una
cuenta deberán acercarse al banco de su elección, o
al más próximo, para formalizar su derecho. De este
modo podrá disfrutar de los beneficios de este sistema. La
cuentas de los menores de edad estarán vinculadas a la/las
cuentas de los padres, o a la de su tutor en su
defecto.

Para facilitar la compra familiar, se
considerará el conjunto de las cuentas del Banco Vital de
un núcleo familiar como una única cuenta que todos
podrán usar, con un único saldo, resultado de la
suma de los saldos de todos sus miembros. La persona, con la
mayoría de edad, adquirirá el control de su saldo.
Si lo desea, podrá decidir en todo momento optar entre la
modalidad familiar, sumando su saldo, al del núcleo
familiar, o pasar a tener el limite individual.

El capital para la subsistencia se
fundamenta en la necesitad de obtener los alimentos
básicos para sobrevivir. Su función está en
su uso, si no se usa, no se acumula.

Del mismo modo que nuestro cuerpo tiene un
limite saludable en la toma de alimentos, es esencial establecer
un limite del saldo para adecuarlo a su cometido. Por otra parte
la cantidad de alimento es limitado, por lo que es bueno para la
economía que este nuevo recurso también lo
sea.

El limite del saldo de cada cuenta de
subsistencia estará fijado en un tope mensual establecido
en relación al nivel de vida en cada país. Para
definir este límite se establecerá una media diaria
del gasto en alimentación, trimestral o anual.

Supongamos que, en un país
hipotético, la media diaria por persona del consumo por
alimentos básicos resulta ser de 5 € diarios. Este
sería el patrón de vida estándar por persona
y día en este país. Anualmente representaría
un total de 1.825 €, cifra que dividida, por los 12 meses
que tiene el año, resulta la cantidad de 152,08 €
mensuales. Este sería el máximo capital que se
podría disponer en un mes de la cuenta del Banco Vital
para la subsistencia (tope mensual).

El sistema funcionará del siguiente
modo:

-Todas las cuentas del Banco Vital (Vital
Bank) funcionarán a la inversa de los bancos
convencionales. Es decir. El gasto realizado por el titular
figurará en este banco en números rojos (sin
intereses) con el tope de la media mensual establecida en cada
país.

-Cada día, a partir de las 00:00 h.
el Banco Vital ingresará en cada cuenta de beneficiario,
la cantidad estipulada diaria. Si la cuenta está a "0"
dejará de ingresar dicha cantidad, ya que de lo contrario
acumularíamos cifras positivas al no usar este dinero.
(Como ya hemos dicho, la función de este dinero esta en su
uso y no en el de su acumulación).

-En ningún caso se podrá
superar los limites fijados para cada cuenta. El saldo nunca
podrá ser superior a "0" ni inferior al límite
mensual establecido en cada país.

-Si los números rojos llegaran a la
cifra negativa del límite mensual establecido, el titular
habrá agotado su crédito y no podrá utilizar
este sistema hasta el día siguiente en el que
volverá a disponer de la cantidad del ingreso diario que
en caso de no usarse se ira sumando diariamente hasta el tope
"0".

-En el caso que un titular de una cuenta
del Banco Vital cambiara de país, las
características de dicha cuenta pasarían a tener
las mismas que allí estén establecidas. Los limites
de la cuenta y su ingreso diario se adecuarían al nivel de
vida correspondiente. El derecho a sobrevivir deviene allí
donde se produce. El capital se adecua al derecho de su
supervivencia, no al valor de la moneda y su poder de cambio sino
en su función de uso

-Los productos básicos serán
de libre competencia, y será el consumidor quien se
decante por la mejor calidad o el mejor precio. Estos
estarán regulados por la ley de la oferta y la demanda y
controlados por el Estado, tal y como ocurre actualmente.
Será labor del comprador ajustar su compra al limite del
saldo negativo. Todos los productos de alimentación
básicos que sobrepasen este margen se pagarán con
recursos propios.

-El ingreso diario, en la cuenta del banco
Vital, estará sometido a las subidas trimestrales y
anuales del IPC.

LA COBERTURA
"STANDARD"

– 1º.- Alimentación: El Banco
Vital cubrirá el pago electrónico de productos de
primera necesidad (pan, frutas, hortalizas, legumbres,
pastas, carnes, pescados, huevos, productos lácteos,
azúcar, sal…). El saldo estándar para la
alimentación estará limitado por persona y
día, a una cantidad diaria suficiente en cada país.
El Banco Vital transferirá la cantidad del debito, a la
cuenta del vendedor o comercio, en el instante de la
compra.

– 2º.- Catástrofes naturales:
Los medios humano y materiales para dar respuesta inmediata,
estarán cubiertos por el fondo certificado de capital del
Banco Vital. El dinero estará transferido
electrónicamente por el Banco Vital, que se
destinará a costear, las organizaciones de ayuda
humanitaria que intervengan, y alimentos, refugios y medicinas de
primera necesidad.

– 3º.- Guerras: los recursos para
costear, las fuerzas pacificadoras del la ONU, así como el
refugio de la población civil desplazada,
alimentación, medicamentos, y personal necesario,
estarán a cargo del Banco Vital.

– 4º.- Salud y Educación: el
"Banco de Vidas" transferirá los recursos para el
mantenimiento de los servicios sociales, personal hospitalario y
docente, construcción de hospitales y escuelas. Los
servicios públicos básicos serán gratuitos.
La infraestructura, los medicamentos de primera necesidad y
libros básicos se podrán pagar a cargo del Banco
Vital. Si se adopta este sistema, los derechos a la salud y a la
educación, podrían generalizarse en todos los
países.

– 5º.- Vivienda: Los Estados
construirán viviendas básicas, de protección
oficial, de su propiedad, para personas y familias necesitadas.
También se habilitarán espacios comunes. Los
recursos necesarios serán transferidos a cada Estado por
el "Banco Vital". Estas viviendas serán de uso gratuito,
corresponderá al Estado su mantenimiento y no
podrán venderse. Estarán fuera del mercado
inmobiliario.

– 6º.- Justicia: los gastos en
infraestructuras y personal de la administración de
justicia, así como los abogados de oficio, estarán
sufragados por el Banco Vital. Este apartado garantiza la defensa
de los derechos humanos universales.

– 7º.- Contaminación: Es un
propósito político llegar a los " 0% " de emisiones
nocivas para la capa de Ozono, el medioambiente y la salud
pública. Es urgente incentivar el desarrollo de las
"Energías limpias" y seguras; ayudar a la industria en
investigación y en el rápido desarrollo de las
tecnologías para la fabricación de maquinaria y
vehículos no contaminantes. El dinero de esta línea
de crédito sostenible, del Banco Vital para las empresas,
se podrá demandar para los fines que se persigue.
Será un Incentivo para cubrir los desajustes estructurales
de cada sector del mercado durante la transición natural,
pacífica, al nuevo paradigma. Este recurso financiero
garantiza la estabilidad del sistema.

– 8º.- Exceso de población: El
Banco Vital, destinará recursos económicos, a
investigación y desarrollo de proyectos de crecimiento
sostenibles. También costeará la a la
transcendental industria aéreo-espacial que tiene la
misión de llevar al hombre al espacio vital, creando
comunidades autosuficientes en planetas
tecno-habitables.

EL
CONTROL

Para llegar a buen puerto, se
seguirá llevando un riguroso control informático
del buen uso del sistema, para que no pueda existir ningún
tipo de fraude, tal y como sucede hoy en día. Por ello, el
pago en la compra siempre se realiza con el sistema
electrónico. En los países desarrollados, todos los
productos catalogados de primera necesidad estarán
etiquetados con el código de barras o sistema
específico para su control, indicando su condición
de producto de primera necesidad. En las comunidades en que no
exista esta posibilidad de etiquetado, en un principio, el
control se hará de forma manual, indicando en el cobro
electrónico, los productos adquiridos, para poder
controlar el limite del gasto.

Los productos que figuren en el total de la
compra que estén catalogados como básicos,
serán cargados al Banco Vital, el resto corre a cuenta del
comprador. El Banco Vital recibirá los datos de la compra,
los cotejará, de forma instantánea, con los datos
que figuran en su red de ordenadores y realizará la
transferencia automática a favor del vendedor.
 

El dinero del Banco Vital representa una
riqueza igualitaria, entre las personas y los países. Es
un nuevo capital que se suma al existente. Se transfiere en la
moneda de cada país. Es un dinero que tiene su
equivalencia monetaria, es decir, su poder de compra depende del
nivel económico del país en que se usa, no de la
procedencia del usuario. Los precios de los productos y el limite
de compra estará estipulado en cada país y en
constante revisión. Hoy en día, la
tecnología permite hacer operaciones electrónicas
vía satélite, lo que implica poder llegar a todos
los rincones del planeta.

En este contexto, para alcanzar la unidad
en el criterio "Patón Vida", es necesario moverse en un
parámetro diferente al exclusivamente económico,
filosófico o ideológico. Las culturas y las
religiones, las civilizaciones, tienen un papel fundamental en la
construcción de la historia y tienen el deber de 
entenderse y dialogar en un plano intimo de igualdad. Pueden
estar de acuerdo en la búsqueda del bien común, en
la orquestación de principios polivalentes que sirvan a
los intereses trascendentales del hombre, como pueden ser comer,
dormir sobre techo, disfrutar de salud y educación,
justicia…

Todos los esfuerzos tienen que dirigirse a
que llegue cuanto antes la ayuda de este sistema al mayor
número de personas. El proceso es largo pero hay un claro
camino marcado. Es el Consejo de la O.N.U. quien tiene la pelota
en su tejado. 

EL CAMBIO DE
PARADIGMA

Los cambios en el modelo
paradigmático establecido han sucedido desde siempre.
Heraclito, (siglo V a.de C.) ya se percató de que la
sociedad estaba en un continuo cambio. Platón fue el
primero en utilizar el término paradigma (de griego
patrón) para definir las estructuras en las que se
sustentan los modelos concretos de realidad social y de
conocimiento, en un determinado espacio-tiempo.

Forman un conjunto de confluencias en
valores, en formas de pensar, de sentir y de obrar, en costumbres
y técnicas que conforman las pautas y creencias de un
determinado grupo social en una determinada época. Los
paradigmas que definen civilizaciones no paran de evolucionar
debido a que surgen dentro de ellas anomalías que cuando
alcanzan un punto crítico, el modelo comienza a ser
cuestionado, iniciando el cambio. Durante esta transición
hacia un nuevo paradigma, las incertidumbres surgidas provocan
confusión entre lo viejo conocido y lo nuevo que se
avecina. 

Las civilizaciones actuales están en
un proceso de cambio acelerado propiciado por el colapso
financiero mundial, los fraudes, la corrupción y los
nuevos conocimientos de la ciencia y las posibilidades
tecnológicas. Dentro de este contexto, el valor de la vida
como fuente de riqueza pertenece al nuevo paradigma, entendido
este como un conjunto de conocimientos y creencias que forman
parte de una visión del mundo, de un imaginario social, de
valores, apreciaciones, gustos, ideales y conductas.

Para Thomas Khun: "cada paradigma delimita
el campo de los problemas que pueden plantearse, con tal fuerza
que aquellos que caen fuera del campo de aplicación ni
siquiera se advierten". A lo largo de toda la historia las
personas defensoras de las ideas dominantes del poder
hegemónico, han descrito toda innovación
intelectual como errónea o equivocada, hasta que en un
determinado momento ha sido asumida y considerada como propia.
Arthur Schopenhauer sostenía; "Toda verdad
(innovación) atraviesa tres pasos: Primero, es
ridiculizada. Segundo, es opuesta violentamente. Tercero, es
aceptada como evidente". 

Para que se produzcan cambios en el
paradigma se hace necesario empezar a describir las
características de lo nuevo, en términos de lo
viejo. No se puede crear nada reconocible como real fuera de la
forma del conocimiento dominante. El nuevo paradigma plantea
propuestas que no suplantan, sino que complementan al viejo. Es
resultado de las posibilidades que nos brinda la ciencia y la
tecnología en el nuevo orden mundial, que permite un nuevo
modelo de organización global, respondiendo a una nueva
forma de definir y dar prioridad, principalmente, al problema
endémico del hambre y la miseria. Para que el nuevo
paradigma se generalice debe contemplar los cánones del
método empírico, sus conclusiones se tienen que
comunicar a los demás, y deben poder contestarlas. Tiene
que crear una serie de soluciones, y sus procedimientos de
trabajo tienen que ser translucidos.

La creación de una nueva cultura
global entorno al valor de la vida como fuente de riqueza
necesita de un nuevo imaginario social, de una nueva forma de
entender el mundo y las relaciones humanas. Las nuevas ideas no
existen en la realidad material, pero si pueden existir en la
imaginación individual y en el imaginario colectivo,
produciendo efectos de realidad, facilitando los cambios en
el  paradigma. Son los medios de comunicación masivos
los que tienen que intervenir, de forma activa, en la
difusión de la nueva cultura de la dignidad humana,
trasladando al imaginario colectivo los conceptos y regulaciones
del nuevo paradigma. Este imaginario entorno al valor de la vida,
no debe ser impuesto por la sociedad, sino que la
información debe ser trasladada al individuo para que cree
inconscientemente su propio imaginario individual, que luego se
transformará en colectivo, en la medida en que coincidan
las valoraciones entre los individuos de la
colectividad.

LA HISTORIA DEL
VALOR

La teoría del valor ha sido y es a
lo largo de la historia una de las que está más
impregnada de ideología.

Adam Smith, considerado como el fundador de
la ciencia económica, comparó el valor de cambio de
un bien con su precio y observó que el valor de un bien
está determinado por la cantidad de trabajo que contiene,
por lo que el trabajador sería el creador de valor. Este
valor se reparte entre el dueño del capital y el de la
tierra. El costo de producción de un bien está
compuesto por el salario, el beneficio y la renta. Así
mismo, el precio se divide en tres componentes: los salarios, el
interés y la renta, y está determinado por las
fuerzas de la oferta y la demanda. Su declaración de que
el egoísmo individual es el que hace posible la felicidad
de todos, se complementa con su postulado de que la suma de
intereses individuales coincide con el interés
general

David Ricardo, dio un paso adelante, y
explicó el beneficio y la renta como productos derivados
del excedente creado por el trabajador. "La dificultad o
facilidad de la producción de la mercancía
regulará en último término su valor de
cambio". Su principal aportación fue la de considerar el
trabajo presente sumado al trabajo pasado, incorporado en la
maquinaria, para determinar el valor de la
mercancía.

Jeremy Betham, definió la utilidad
del valor como "la facultad de un bien para producir un beneficio
o alegría, o suprimir un dolor o adversidad". Su
teoría recurre al dinero como una guía para la
medición de las satisfacciones, idea que fue retomada por
Marshall.

H.H.Gossen, fundamenta el valor en la
"utilidad del último átomo", Desarrollo la ley de
saturación de necesidades y la ley de compensación
de las utilidades. En base a la teoría subjetiva del
valor, postuló que el cambio es posible entre dos personas
debido a que cada una recibe de la otra más de lo que da.
La utilidad es de naturaleza subjetiva y está asociada a
la relación de bienes y necesidades.

Karl Menger, postuló que es el
consumidor quien otorga valor a las mercancías, a las que
recurre para satisfacer necesidades individuales: "valor es la
importancia que las mercancías concretas o determinadas
cantidades de ellas adquieren para nosotros por el hecho de que
sabemos que la satisfacción de nuestras necesidades
dependen de que dispongamos de ellas". Afirmó que el
consumidor, en su afán de aumentar su satisfacción,
traslada algo del gasto del bien menos importante a otro de mayor
importancia. Este es el principio de "marginalidad".

Wiliam Stanley Jevons, puso al valor de uso
como base del valor de cambio, por lo que llega a la
vinculación del bien con el individuo, "grado final de
utilidad".

Alfred Marshall, consideró que el
valor de un bien se fija en el equilibrio de su oferta y su
demanda. Tomó el dinero como una medida, no de los deseos,
pero sí del móvil de la acción para
satisfacerlos. Así, el valor de un bien depende no del
trabajo objetivado en él, sino de la utilidad que brinda,
con lo que el valor de uso cobra preeminencia sobre el valor de
cambio. De aquí se deduce que el valor de uso es la
utilidad, que es una relación de alguna cualidad de
algún bien para satisfacer una necesidad.

Karl Marx, afirmó que el sistema
capitalista, produce mercancías, no simples valores de
uso, y tienen valor por que son producidos por el trabajo. El
análisis marxista incluye las subcategorías "valor
de uso" y "valor de cambio", el primero, se denominará
"trabajo concreto", mientras que el segundo se llamará
"trabajo abstracto". De este modo, la mercancía
será un "valor de uso" como manifestación concreta
y material de sí misma; será un "valor de cambio"
como portador de tiempo de trabajo abstracto, es decir, como
"Valor". Con el advenimiento del dinero, éste se convierte
en el equivalente general de valores para todas las
mercancías. El marxismo lo que estudia es la
"mercancía" como síntesis del valor de uso y de
cambio. Para Marx, el valor es creado por el trabajador, el mismo
que produce no sólo el valor de su propia subsistencia,
sino un excedente que es apropiado por el capitalista en la forma
de plusvalía.

Para la teoría neoclásica,
liberal, el valor es una magnitud subjetiva que se mide por la
estima en que el público valore un objeto. Por ello, la
teoría neoclásica supone que los precios no tienen
por qué tener ninguna cercanía con los costos de
producción.

EL VALOR Y EL
DINERO

En un principio, el valor no se expresaba
en el cuerpo de una mercancía cualquiera sino en su
equivalente universalmente aceptado: el oro. De este modo, como
equivalente general, el oro se transformó en
mercancía dineraria. Al convertirse en dinero, el oro se
convirtió en mercancía general directamente
cambiable por cualquier otra. Ésta es la primera
función del dinero: la medida del valor.

Cuando el dinero apareció en su
forma real, como medio de circulación, pudo llevarse a
cabo el metabolismo social del intercambio. Segunda
función del dinero: la de circular y hacer circular las
mercancías.

La función del dinero como medida
del valor permite que las mercancías tengan un precio.
Como medio de circulación permite que el precio se
realice. La primera condición que debía cumplirse
para que hubiera intercambio es la de que las mercancías
expresaran su valor en el cuerpo del oro.

La expresión del valor de la
mercancías en el oro fue debida a que el oro
cumplía con ciertas características deseables
(durabilidad, posibilidad de fraccionarse, de fundirse etc….).
El contar con un medio de circulación aceptado
universalmente por todos los productores, nace de la necesidad
práctica del capitalismo de funcionar con una
economía de trueque. El uso histórico del oro como
medio de circulación antecede a la expresión del
valor.

A medida que se desarrolla el capitalismo,
ha ido aumentado la acumulación de capital. El sistema
capitalista significado cambios en las mentalidades de los
hombres y estos cambios introdujeron una nueva función del
dinero: atesorar la mayor cantidad de dinero. El dinero se ha
independizado transformándose en un fin en sí
mismo. En este sentido, el dinero pierde una de sus funciones: la
de oficiar como un medio de circulación.

De hecho, ya ni siquiera es absolutamente
necesario la presencia física del dinero para realizar
transacciones. Con el dinero electrónico, las
compensaciones entre bancos hacen que el dinero ni siquiera entre
en circulación (se cancelan las deudas mediante un
"clearing" bancario).

El dinero se ha desligado de su
función de medio de circulación, pero su necesidad
como medida de valor sigue presente. Las mercancías que se
compran y se venden aún tienen un precio expresado
idealmente.

De la función del dinero como medio
de circulación se desprende que no es absolutamente
necesaria la presencia efectiva del dinero sino que éste
puede ser reemplazado por la tarjeta electrónica, pues
cumple con la misma función: permitir que se realice el
proceso de intercambio.

Actualmente, el valor del dinero no
está respaldado por ningún activo concreto por lo
que es denominado dinero fiduciario (fiat). Las monedas y
billetes no basan su valor en la existencia de una contrapartida
en oro, plata o cualquier otro metal noble, ni en su valor
intrínseco, sino simplemente en su declaración como
dinero por el Estado, y también en el crédito y la
confianza que inspira.

Su valoración viene dada por la
autoridad monetaria que lo emite, que disfruta de confianza entre
los individuos que lo aceptan. Sin ésta
declaración, la moneda no tendría ningún
valor. El dinero fiduciario sería entonces tan poco
valioso como los pedazos de papel en los que está impreso.
El dinero es resultado de un pacto social, donde todos aceptamos
entregar bienes o servicios a otros, a cambio de los
símbolos monetarios (billetes, monedas, anotaciones
bancarias, etc.). Actualmente el respaldo del dinero está
en la suma de los bienes y servicios de la población:
Producto Interno Bruto o PIB.

Visto que, en definitiva, la
mercancía y los servicios, tienen un valor subjetivo y
pueden ser intercambiados por dinero, y que el valor del dinero
ha prestado su valor a la moneda y el billete, como resultado de
un pacto social, basado en la aceptación subjetiva de su
valor, y que la presencia del dinero físico ya no es
imprescindible con la tarjeta electrónica, no entramos en
contradicción, si afirmamos que el fundamento, de todos
los valores humanos, sociales y económicos posibles, esta
en la vida, primer valor del resto de valores, condición
necesaria para generar y dar valor, y que podemos llegar a un
pacto social en el que, estando todos de acuerdo en que la vida
tiene valor, su justa medida sea el coste económico de su
subsistencia.

Existe una relación directa entre
vida y subsistencia, definida en el coste de la supervivencia
como un patrón de medida económico, traducido en
términos reales. Para superar las deficiencias
endémicas de la civilizaciones frente a la indigencia del
ser humano, puede ser una buena herramienta para el sistema
considerar el valor de la vida como un patrón único
de medida.

De esta forma, el valor de la vida puede
cuantificarse en términos económicos y deducir de
ello su valor: El patrón-vida, que es el equivalente al
coste de subsistencia en cada país. Es un valor
económico igualitario, unitario y justo, que puede
respaldar el valor del dinero electrónico para la
subsistencia. Es un valor de uso que puede ser transferido para
costear los bienes y servicios necesario para
sobrevivir.

LA
ECONOMÍA

El dinero es un medio de intercambio muy
útil. Los billetes y las monedas son las unidades
contables que empleamos para comprar y medir el valor de los
bienes y servicios del mercado. Su valor radica en su poder de
comprar. Está basado en la declaración como dinero
legal por el Estado, y es aceptado por todos.

El dinero es todo aquello que tiene valor
como moneda de cambio. En su configuración como divisa
facilita el comercio internacional, su valor fluctúa en
función del crecimiento económico, inflación
o consumo interno de cada estado o conjunto de estados emisores
de moneda, reflejado en el Producto Interior Bruto
(PIB).

El valor material del dinero en
circulación debe ser equivalente al total del valor
monetario resultante del consumo corriente de bienes y servicios,
determinado en el PIB, trimestral y anual.

Si el valor del dinero en
circulación es superior al PIB se crea inflación,
lo contrario deflación. Son los Bancos Centrales los
encargados de preservar el equilibrio monetario nacional e
internacional para el buen funcionamiento de la economía,
emitiendo o retirando dinero del mercado.

Bien, si introducimos en el sistema
económico actual el valor igualitario de la vida, como
riqueza transferible en dinero electrónico (dinero
bancario), estamos aumentando el poder de compra de la
población y la cantidad de dinero en circulación,
pero no la necesidad física de dinero material, ya que el
pago de la compra de bienes y servicios con este recurso se
realizará por medios electrónicos.

Este nuevo parámetro, es una
variable que influye en el aumento anual del PIB. Suma el consumo
hecho por su uso limitado de compra de bienes y servicios al
corriente en un periodo determinado. Esto quiere decir que los
gobiernos, para sostener el valor del dinero, deben utilizar los
recursos de que disponen para frenar la inflación o la
deflación, tal y como lo hacen hoy en
día.

En definitiva, valorar la vida como un
recurso económico para la supervivencia y la
sostenibilidad, no es perjudicial, sino beneficioso para la
economía. La incorporación de esta riqueza al
sistema monetario no plantea problemas insolubles, todo lo
contrario, resuelve problemas vitales que suelen afectar al
crecimiento económico.

Por una parte, sirve para frenar el hambre
del planeta, país por país, y representa una
inyección de dinero sustancial para el comercio. Un
capital sostenido que estimula el sector de la
alimentación. Por otra, resuelve los problemas de
disponibilidad de recursos económicos para luchar contra
el cambio climático, así como los gastos en salud,
educación y justicia publica, y los derivados de la
adaptación de la industria a los nuevos retos del siglo
XXI.

LA
DIVERGENCIA

Las crisis suelen generar procesos de
cambios históricos. Al caducar el sistema de referencia se
generan cambios en la conciencia y se producen nuevos
planteamientos y formas de ver el mundo. Un ejemplo claro lo
tenemos al final de la época medieval, con la duda
cartesiana de Descartes, que abrió paso a la época
moderna.

Los grandes pasos de las civilizaciones se
producen por necesidades históricas, de superar las
deficiencias detectadas por las crisis, por las incertidumbres e
inseguridades que provoca. La etapa histórica de la
postmodernidad, originada por el surgimiento de las
técnica, ha entrado en crisis, indicando que se inicia una
transformación y el comienzo de una nueva historia. Un
cambios de actitud frente al mundo que determina un cambio en la
cultura. Una mutación histórica como las producidas
en el paso de la vida nómada, a la vida sedentaria,
propiciando la aparición de la propiedad privada. Una
transición a una nueva dimensión del ser humano, en
su relación consigo mismo y el mundo.

El deterioro progresivo del hábitat,
producido por la contaminación de los combustibles
fósiles y la industria, así como de la
energía atómica, ha causado daños en la
biosfera y la capa de ozono, convirtiendo al ser humano en
víctima: como el aprendiz de brujo que empieza a ser
dominado por su propia creación.

El intelectual, ante esta situación,
parece haber sucumbido a la manipulación. El dinero, el
confort, el lujo, la vida placentera y fácil parece haber
acabado con el coraje frente a la adversidad y la pobreza. Su
voz, que antes desempeñaba un papel de primer rango,
parece haberse silenciado; convertida en un eco.

Nietzsche ya detectó este problema:
"Detrás de toda lógica y de la aparente
soberanía, hay evaluaciones de valores o, para decirlo con
mayor claridad, exigencias fisiológicas impuestas por la
necesidad de mantener un determinado género de
vida".

Ante esta situación, Foucault
aconsejó "hacer entrar en juego los saberes locales,
discontinuos, descalificados, no legitimados, contra la instancia
teórica unitaria que pretende filtrarlos, jerarquizarlos,
ordenarlos en nombre del conocimiento verdadero y de los derechos
de una ciencia que está detentada por unos
pocos".

Es evidente que el papel social de la
filosofía, como forma de conciencia, debe aportar una
concepción del mundo que permita a las personas
orientarse, ser guía de su conducta y del sentido de la
vida. Pero se muestra incapaz de llegar a las personas, al mismo
tiempo que éstas se aparta de ella, perdiendo el
interés. Este hecho forma parte de la actual crisis de la
filosofía.

En determinado momento y condición
la filosofía cae en desuso, en desacuerdo con la realidad,
en perdida de significado práctico. Para revertir esta
situación tiene que adaptarse como pensamiento a los
cambio que se producen en la sociedad global.

Son la ciencia, junto a la filosofía
y la economía, quienes tienen que conjuntar sus
conocimientos para dar con soluciones teóricas que marquen
una orientación ideal hacia la nueva concepción del
valor de la vida, en el nuevo paradigma. En definitiva es una
revolución cultural planteada por la crisis de valores,
propiciada por a las divergencias actuales entre religión,
ciencia y filosofía.

Los móviles que mueven la historia
esencialmente son económicos y ideales. Son intereses bajo
los que se estructuran todas las condiciones materiales de la
vida, y por esto dar valor a la vida puede ser el fundamento del
nuevo paradigma.

Como principio, toda vida humana es
idéntica a si misma, es una unidad, una calidad y tiene
una medida, con diferencias cualitativas, pero sin dejar de ser
ella misma. La calidad es idéntica a todos los seres. Se
es o no es. Y ser es lo que determina a la vida humana como real
y por esto nos vale como concepto primigénico para crear
las bases filosóficas del nuevo paradigma. Nos sirve para
formular una nueva dimensión de lo humano en
relación consigo mismo y el mundo.

EL
HUMOR

Vivir siempre implica ser algo menos, la
vida se acorta, se acerca al límite de la muerte
(enfermedades, envejecimiento, defunción…). Al percibir
el límite, descubrimos nuestra propia fragilidad poniendo
en cuestión el valor de la vida por su carácter
finito, sentimos de impotencia por nuestra condición
limitada.

Intuimos el límite y aprendemos, nos
damos cuenta de nuestras carencias y adquirimos la conciencia de
ellas. Suplir estas carencias es lo que nos mueve a querer ser
más de lo que somos para construirnos como seres vivos. La
conciencia del límite de la vida se manifiesta en nosotros
de forma paradójica: al mismo tiempo que es el origen de
nuestra conciencia, también lo es de nuestra
tragedia.

Somos conscientes de que para vivir hemos
de cubrir una serie de necesidades que marcan el sentido de
nuestras vidas. Menesterosos de ser, inter-actuamos con el
límite y tomamos decisiones dirigidas a construirnos a
nosotros mismo, para ser más de lo que somos, intentando
reducir el estado de nuestra indigencia.

Ante esta reflexión de nuestras
limitaciones el humor nos hace sentir vivos, nos hace tomar
conciencia de nosotros mismos, hace que tengamos otra
visión de nuestro limitado ser y nos ubica ante
ésta situación, también hace que volvamos a
confiar en la vida y que las cosas adquieran sentido. Éste
se descubre con el humor y se pierde con la falta de
humor

El chiste, la ironía, la broma y el
sarcasmo son productos del humor. El humor hace fácil que
aprendamos de nuestros errores. Hace posible que de esos hechos,
situaciones o relaciones surja un sentido, recupera o saca algo
bueno donde todo parece perdido, descubre, evidencia lo que
pareciera estar oculto o pasa desapercibido. Las consecuencias en
el plano social son la cordialidad, la unión y una especie
de tolerancia y conformidad. Favorece un momento de distancia
frente a un hecho doloso, una sana inconsciencia de uno mismo,
acompañada de una sensación de ligereza. Nos
predispone a aceptar el riesgo y las consecuencias de vivir. El
humor vuelve agradable la vida.

El perfeccionista vive desde una
"lógica anticipada" de cómo deberían ser las
cosas. Correctas, sin fallas, impecables, intachables. Aunque el
perfeccionista hace las cosas con verdadero esmero, nunca obtiene
la sensación de satisfacción. A todo le pone
"peros". Tiene la necesidad de estructurar la realidad. De
volverla consistente y segura, de que las cosas, las personas y
las situaciones sean indefectibles. Alimenta la
disposición a enjuiciar, a criticar, a descalificar. Con
el rechazo se fomenta la inclemencia, la falta de
compasión.

La base de la compasión reside en el
humor, en aceptar la realidad tal cual es. Perder en capacidad de
humor equivale a perder en humanidad. La falta de humor revela
falta de la compasión. El "sentido de humor" se propone
como una forma de visión. Deja ver la vida de otra manera
y deja ver cosas que de otra manera no se verían. Reconoce
a la realidad limitada, el derecho a ser defectuosa. De
aquí que el sentido de humor sea un anhelo de comprender o
acoger la vida misma.

Quien puede cambiar su perspectiva, puede
cambiar su percepción, su manera de procesar, interpretar,
leer la realidad. Cambiar la manera de percibir la realidad
requiere, pues, un desplazamiento del procesador racional al
procesador intuitivo-emocional, del hemisferio izquierdo, sede de
la lógica, al hemisferio derecho, raíz de la
paradoja, del humor y de la compasión.

La falta de compasión nos vuelve
trágicos. La compasión ante la desgracia, el error,
el fracaso o la falta es una forma elevada, aguda e ingeniosa de
humorismo. "La causa de la risa no es otra cosa que la
súbita percepción de la incongruencia entre un
concepto y su objeto real". La práctica del humor nos
lleva a ser benignos con nosotros mismos y con los demás.
Quien vive sin sentido de humor tiene dificultades para ser
compasivo. El humor ayuda a aceptar la condición indigente
del ser y al conjunto de los limites existenciales.

La humanidad del hombre se conforma
reconociendo y aceptando los propios limites. Se orienta, y pone
las bases para hallar el sentido de su vida. En la tarea de
aceptarnos, el humor o su otra expresión, la
compasión, juega un papel fundamental en la tarea de
construirnos como seres humanos.

Cambiar el punto de vista desde el cual
percibo como percibo, la perspectiva, nos ayuda a ver de manera
distinta, a provocar un renacimiento, un cambio profundo en
nuestro sistema mental, pensamientos y sentimientos, y nos
predispone hacia el disgusto, el rechazo, ante todo lo que se
presenta defectuoso, fallido, errado. La perspectiva es una forma
de preconocimiento, una forma de "prepararse o disponerse a
percibir.

LA
TRANSPARENCIA

Realmente, cuáles son las causas por
las que la idea de incorporar el parámetro de la vida como
valor económico, se muestra transparente,
traslúcida, como una fina neblina que apenas se aprecia.
En el ámbito del consciente, se sitúa en el limbo,
en la estratosfera, en el trastero de la imaginación.
Afirmar que la vida humana tiene valor capital, pertenece
más al campo de la ciencia-ficción, de la
literatura, de la poesía, no al de las ciencias
exactas.

Dar valor a la vida pertenece al mundo del
subconsciente, y es en ese mundo en el que habita, en las
células más remotas, en el fondo del
corazón, en la sonrisa que se escapa. El consciente es
inconsciente en este sentido. No es consciente de que en su
inconsciente está la solución. Prefiere ignorar. No
forma parte de nuestro referente posible. No tiene ninguna
utilidad. No lo entendemos, o lo entendemos muy
rápido.

El texto lúdico, como
entretenimiento cultural o pasatiempo, nos traslada a un mundo
imaginado, evadido. Las vivencias en la lectura pertenecen al
mundo de los sueños. Cuando regresamos, volvemos a la
realidad, la del presente posible, conocido, teniendo como
referencia los limites físicos, las leyes, las normas y
las reglas del mundo real. Derechos y obligaciones. Nuestro
consciente colectivo.

Partes: 1, 2, 3, 4
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